Actualmente vivimos en un mundo globalizado, donde la información fluye eficazmente entre países y continentes en cuestión de segundos. En este contexto, las instituciones financieras internacionales cada vez imponen mayores limitaciones a la movilización de capitales entre países, y cada vez observamos como se establecen importantes barreras y limitaciones a individuos y empresas provenientes de ciertos países, por ser considerados de “riesgo”.
En este entorno tan complejo para la creación y mantenimiento de relaciones bancarias, resulta imprescindible contar con la asesoría legal y financiera que permita mantener sanas relaciones bancarias.
La movilización de fondos por motivos de transacciones comerciales tradicionalmente se hacía sin mayores limitaciones, sin embargo, hoy en día es imprescindible hacer una revisión previa de los individuos o empresas con los que se mantienen relaciones comerciales, para asegurar que cualquier transacción financiera que realicemos con ellos sea “segura” y no comprometa nuestras relaciones bancarias.
Las regulaciones internacionales sobre Legitimación de Capitales y Financiamiento al Terrorismo son cada vez más estrictas, por lo que aventurarse en el mundo de las transacciones financieras internacionales sin la adecuada asesoría puede poner en riesgo no sólo la estabilidad de nuestras relaciones bancarias, sino ser incluso un “accesorio” en la comisión de un delito.